Administro un albergue de pensamientos peregrinos

tanto de los que se consagran a la reencarnación como de los que son para los pepinos.

Observo cadenas de emociones diminutas que sería preferible deshacer

sus eslabones en un foco de atención ígnea poner.

Concentrar el lanzamiento de mi respiración ardiente

en la lenta combustión de lo que preocupa a la gente.

Porque soy un parador con las luces encendidas

que permite la entrada a todas las hipótesis desconocidas.

Refugio de reflexiones nómadas en perpetuo movimiento

desdibujadoras invidentes de los mapas de arena del conocimiento.

Extensión vacía delimitada con la fina piel del sí

pensión de las cosas libres, del todo sin para mí.

Tengo la dicha de asignar a este Templo sentado en calma

el espacio infinito de la paz del alma.

Con mis escobas de sorgo inmaterial

barro las cenizas que quedan tras la incineración contemplativa de lo mental.

Mis inquilinos son usuarios de humo en proceso

de dejarse atrapar por falsos derechos de autor, nada más que eso.

Exhalaciones de conciencia, espiraciones de razonamiento

pequeños gestos elocuentes que se esfuman con el aquietamiento.

Hago hueco hacia dentro construyendo más pasillos y habitaciones

por las que pueden deambular sin presión todas las ilusiones

y así presenciar la continua proliferación de selvas y elecciones

con que me enredaría relacionando ideas en constelaciones.

Este ejercicio habla desde una impostada 1ª persona del singular

obligación para expresarse desde algún sitio más comprensible que el Gran Angular.

En realidad no tengo fondo, asunto ni materia

dado que del procomún cultural doy la bienvenida a lo que importa sin la feria.

Soy lo que me rodea y lo que rodea a lo que me rodea

y lo que rodea a lo que me rodea que me rodea mirándose rodear

una extrañeza Gödeliana, persona distribuida, límite físico para autorreferenciar.

Pero ya habréis captado que esto no es lo interesante

de este prolongado contrayo parlante

sino que el mensaje que se intenta articular

podría ser que resulta más habitable la vida acogiendo de par en par

lo que viene y que sin más se va a marchar.

Me posicionaré de una buena vez: Soy el Hotel SuperMetafísico

lugar para todo lo que existe sin privilegios para lo específico;

en este loop fluido y cambiante de instante

                                                            en instante,

                                                                                         único y eterno DI-AMANTE.